Durante la noche del sábado se ha llevado a cabo la entrega anual de los premios SAG, otorgados por el Sindicato de Actores de Estados Unidos. En medio de la ceremonia se ha vivido un momento único, donde, después de 18 años, el diablo ha vuelto a vestirse de Prada. Meryl Streep, Anne Hathaway y Emily Blunt se han reunido en el escenario para presentar el premio a “Mejor actor masculino en una serie de comedia”. Entonces, las icónicas actrices han aprovechado para regalarle al público una inolvidable improvisación recordando a sus amados personajes de Miranda Presley, Andy Sachs, y Emily Charlton, respectivamente.
Al subir al escenario, Streep ha hecho como que se tropezaba contra el micrófono y, antes de comenzar su discurso, expresaba que había olvidado sus gafas y el sobre que contenía el nombre del ganador de la categoría. Enseguida, Hathaway y Blunt, cómplices de Streep, ingresaban en escena para auxiliarla, tal como harían sus personajes en la película estrenada en 2006. Emily le otorgaba el sobre y Anne sus lentes, ese ha sido el primer guiño.
Luego, Meryl preguntaba: “Es una vieja pregunta: ¿dónde acaba el personaje y empieza el actor?”, a lo que Emily respondía como lo haría su personaje: “Como acabamos de ver, Meryl y Miranda Priestly son una especie de gemelas, ¿verdad?”. La actriz de 74 años refutaba lo dicho por su colega, entre risas: “No creo que yo sea nada parecida a Miranda Priestley...”. Esto le ha dado el pie a Anne para añadir rápidamente: “No, no, esa no era una pregunta”.
En ese momento, Meryl se vio apoderada por el espíritu de Miranda Presley y, con seriedad y desdén, miró a Hathaway de abajo hacia arriba, generando una carcajada en el público presente. Las risas continuaron cuando Anne apuró a Meryl a abrir el sobre y Emily, debido a la lentitud de su colega, aprovechó para pronunciar una de las más icónicas frases de Miranda Presley: “Por supuesto, avanza a un ritmo glacial. Sabes que eso me emociona”, cerrando así el emocionante gesto a la película que catapultó a Anne y Emily a la fama mundial e inmortalizó a Streep como la icónica editora de la revista "Runway".
No obstante, ese no fue el único guiño a la película. En un tono más sutil y que tiene que ver con la moda en sí misma, Meryl Streep eligió para vestirse a la marca Prada, mientras que Anne Hathaway optó por un vestido en color azul claro, más precisamente “cerulean”, el mismo que motiva el memorable monólogo de Streep como Presley en “El diablo viste de Prada”.