Después de dos meses en la casa de Gran Hermano, Maica, concursante murciana, se ha ganado un apodo no oficial: "la reina de la lejía". La limpieza obsesiva del baño y otros rincones de la casa con este potente desinfectante ha despertado tanto comentarios jocosos como reflexiones serias sobre los riesgos y el uso adecuado de este producto.
La lejía: entre tradición y peligros ocultos
En España, la lejía es el desinfectante por excelencia, presente en la mayoría de los hogares. Sin embargo, su uso no es universal, y en muchos países europeos apenas se utiliza o se desconoce. En el contexto del programa, la fobia a la suciedad de Maica ha puesto en evidencia la dependencia cultural hacia este producto, sobre todo desde la pandemia.
Rosa Pérez, enfermera y divulgadora de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), explica que la lejía no es un limpiador como tal, sino un desinfectante, y su uso inadecuado puede ser peligroso. "Se trata de una sustancia corrosiva que, al mezclarse con otros químicos, puede generar vapores tóxicos", advierte.
Consejos para un uso seguro
Aunque la lejía es efectiva para desinfectar, su uso implica riesgos significativos para la salud humana y el medio ambiente:
- En la piel: Puede causar pequeñas quemaduras.
- En los ojos: Al salpicar, puede dañar la córnea.
- Inhalación de vapores: Irrita las vías respiratorias, provoca falta de aliento y molestias en las mucosas.
En casos graves, estas exposiciones pueden derivar en daños respiratorios irreversibles. Para minimizar los riesgos, Pérez recomienda:
- Usar guantes siempre que se manipule.
- Ventilar adecuadamente los espacios tras su aplicación.
- Nunca mezclarla con otros productos de limpieza.
- Si entra en contacto con los ojos o se inhala en exceso, actuar rápidamente: aclarar con agua o respirar vapor de agua para aliviar los síntomas.
Alternativas más seguras y ecológicas
Para quienes desean reducir su dependencia de la lejía, existen alternativas más sostenibles y menos agresivas, como el vinagre de limpieza o una mezcla de bicarbonato con limón. Estos productos no solo son más seguros, sino que también generan un menor impacto ambiental.
Según Pérez, un uso responsable de la lejía requiere seguir un procedimiento que pocos cumplen: limpiar primero con agua y jabón, aplicar lejía, y aclarar nuevamente. Sin embargo, insiste en que es más práctico y seguro adoptar métodos de limpieza más simples y ecológicos.
Debate en redes y lecciones de Gran Hermano
Mientras tanto, en Gran Hermano, la obsesión de Maica por la limpieza ha abierto un debate en redes sobre los límites de la higiene extrema. ¿Es un reflejo de nuestra cultura o una señal de alerta sobre prácticas poco saludables?
Aunque sus compañeros bromean al respecto, el enfoque de Maica también ha servido para poner el foco en la importancia de la educación sobre el uso adecuado de productos químicos en el hogar. Un recordatorio de que, incluso en el terreno de la limpieza, menos puede ser más.