Aunque parezca contradictorio, es posible tener la piel grasa y deshidratada al mismo tiempo, y de hecho, es más común de lo que muchos piensan. La piel grasa suele indicar una falta de hidratación adecuada. Pero, ¿cómo puedes identificar estos dos procesos al mismo tiempo? Aquí te explicamos los signos y cuidados necesarios para equilibrarla.
Primero, es importante aclarar que el mito de que la piel grasa no necesita hidratación es falso. Aunque el aspecto es brillante debido al exceso de sebo, la piel grasa deshidratada tiende a verse apagada, con textura áspera, tirante y menos elástica. Incluso puede presentar rojeces e irritaciones sin los poros dilatados visibles típicos de la piel grasa común.
Para recomponer la piel grasa deshidratada, es fundamental iniciar una rutina adecuada que recupere sus propiedades. Busca productos oil-free para evitar obstruir los poros, aplica protector solar a diario y exfolia tu piel una vez a la semana para eliminar células muertas.
Estos consejos te ayudarán a eliminar la piel grasa y obtener un rostro suave, libre de impurezas, y con un brillo saludable. Recuerda que el uso de productos hidratantes no grasos, como geles o sérums ligeros, puede marcar la diferencia. Con esta rutina podrás equilibrar la hidratación sin exceso de sebo, manteniendo tu piel protegida y saludable.
Para no perderte ninguna novedad, sigue a Iberoshow en Google Noticias