La tensión entre Millennials y Gen Z ha sido tema de conversación en redes sociales, oficinas y reuniones familiares desde hace ya bastante tiempo, pero ¿es realmente una rivalidad única o solo otra vuelta en el ciclo de conflictos intergeneracionales que ha existido desde siempre?
Por un lado, están los Millennials, nacidos entre los 80 y 90, marcados por el auge de Internet, las torres gemelas y la crisis financiera de 2008. Sus valores giran en torno a la adaptabilidad y la búsqueda de propósito, con una fuerte conexión a la cultura del "hustle" y el trabajo flexible, lo que les ha ganado críticas y simpatías por igual. Por otro lado, la Gen Z, nacida desde mediados de los 90 hasta 2010, creció en un mundo digitalizado, saturado de contenido y con una aguda conciencia social. Son pragmáticos, directos y menos propensos a endulzar la realidad con optimismo. Las diferencias son claras, pero ¿realmente hay algo nuevo aquí?
Cada generación se ha enfrentado a la anterior en términos de valores, costumbres y prioridades. Los Baby Boomers miraban con escepticismo a los Gen Xers, criticando su cinismo y falta de conformidad. Los Millennials fueron llamados narcisistas y perezosos por los Boomers, mientras la Gen Z mira a sus antecesores como agotados por un sistema que parece haber fracasado.
La realidad es que, más allá de las bromas y memes sobre skinny jeans y el uso de emojis, la rivalidad entre estas generaciones es una fachada. El sistema, las crisis y las oportunidades siempre cambian, y cada grupo responde según su propio contexto. Lo que hoy parece una batalla cultural es, en el fondo, otra forma de adaptación, una historia que se ha contado mil veces antes. Entonces, ¿es una rivalidad? Tal vez sí, pero también es el reflejo de una sociedad que busca reconciliar lo nuevo y lo viejo en su camino hacia el futuro.