La princesa Charlène de Mónaco ha ido normalizando su presencia en la agenda oficial del Principado, enseñando un cambio de imagen y un papel más destacado como primera dama. Aunque aún persisten ciertas tensiones familiares, Charlène ha comenzado a asistir a eventos junto a su familia política en situaciones protocolarias y eventos importantes. Sin embargo, el trato sigue siendo distante, y la princesa evita coincidir con algunos miembros de la familia Grimaldi en eventos informales.
A pesar de la aparente normalización, el vínculo entre Charlène y la princesa Carolina de Mónaco sigue siendo tenso. La presencia de ambas junto a la princesa Estefanía solo ocurre en situaciones protocolarias y cuando está presente el príncipe Alberto. Charlène evita coincidir y fotografiarse con Carolina y sus hijos en eventos como el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco. La enemistad entre la princesa y Carolina es parte de la historia privada de las princesas monegascas.
Aunque Charlène ha suavizado su lazo con la princesa Estefanía y la ha acompañado en eventos significativos, la frialdad persiste. Estefanía fue la única cuñada presente en la celebración del décimo aniversario de la Fundación Princesa Charlène de Mónaco, pero aún no se han visto en solitario. En cambio, Charlène ha enseñado un vínculo más positivo con dos de los hijos de Estefanía, Louis Ducruet y Camille Gottlieb, quienes no han sido vetados y han acompañado a la princesa en eventos públicos.
A pesar de los avances, Charlène de Mónaco suele asistir a eventos sin la presencia de ningún miembro de su familia política, y solo algunos han logrado romper este veto. Aunque el lazo con algunos Grimaldi ha mejorado, la tensión y las diferencias siguen presentes en la familia real monegasca. La princesa sigue marcando límites en su relación con la familia de su esposo, el príncipe Alberto.