El mundillo de la numismática siempre tiene nuevas piezas con las cuales sorprendernos. Los materiales de las monedas, la historia que hay detrás de ellas y la escasez en ciertos ejemplares son solo algunos de los factores que pueden encarecer una de estas unidades en el mercado coleccionista.
En ese sentido, cabe destacarse que existen ciertas monedas de tan solo 10 céntimos que podrían costar hasta varios cientos de euros. ¡Perfectamente podríais pagaros una cena en un restaurante de lujo o una noche de hotel con esos montos! La más valiosa viene desde Alemania, con origen de acuñación en el año 2002, y debido a su exceso de cobre, cuesta entre 800 y 1000 euros. Pero claro, es difícil de conseguir.
Además, los 10 céntimos de Francia (1999), Austria (2002) y Finlandia (2002) también están entre los mejor valorados en ejemplares de ese monto, con cifras que oscilan entre los 200 y 300 euros en el mercado coleccionista. Un escalón por debajo está la pieza de Países Bajos del año 1999, que cuesta entre 150 y 190 euros.
Como podéis observar, existen ejemplares de lo más diversos en monedas de 10 céntimos que nos podrían permitir hacernos con una pequeña fortuna. Hay que buscarlos con atención, pues no es fácil conseguirlos, pero tampoco hay que perder la esperanza. ¡Podrías toparte con cualquiera de ellos en un rincón inesperado de tu hogar!
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