El vínculo entre Enrique y Julio Iglesias es difícil, por decirlo de una manera amable. Si bien en la actualidad mantienen un trato cordial, en el que se ven eventualmente, han sido más los años que han pasado distanciados que unidos. Es en ese contexto, que si se echa la vista atrás se puede encontrar el momento exacto en el que esa confianza entre padre e hijo desapareció para siempre.
Todo surgió por una drástica decisión que el propio Enrique Iglesias tomó luego de una reprochable actitud de su padre. Él siempre había querido ser cantante, pero pretendía hacerlo sin que su apellido lo influenciara de alguna manera. Por eso, en secreto, le pidió a su niñera de toda la vida si le podía prestar algo de dinero para grabar su maqueta y probó suerte por si mismo, sin dar indicios de su identidad.
Al enterarse de esta situación, Julio Iglesias montón en cólera y le recriminó a su hijo que se hubiese atrevido a prescindir de su influencia. "Qué haces, tú estás loco, por qué has hecho esto sin decirme nada, yo soy el que estoy en la música, no vas a poder conseguir nada sin mí", le dijo, lo que llevó a que su hijo, según su propias palabras, armase las maletas y se fuese de la casa.
La rivalidad entre Enrique y Julio Iglesias
Esta situación derivó en un conflicto que tardó más de una década en resolverse y que trajo consigo una competencia entre ambos por ver cuál de los dos era "mejor cantante". Finalmente, cuando las cosas se calmaron, el propio Julio Iglesias decidió terminar con dicha rivalidad. "Lo que está sucediendo con Enrique es una cosa increíble, es un artistazo", dijo en una entrevista, para después agregar que no tenía dudas de que podía "ser más que él".