A la hora de planificar viajes en familia se debe tener en cuenta las necesidades de los más pequeños. Por esta razón, en Ibero Show, te proponemos una serie de parques infantiles para pasar un día lleno de emoción donde tú también puedes vivir una aventura única e inigualable. Muchos de estos espacios recreativos están diseñados para que toda la familia tenga un día de ensueño, risa y diversión compartida.
En este sentido, si de vacaciones en el país se trata, el parque infantil Gulliver es una opción de lo más tentadora. El mismo se inspiró en se inspira en las aventuras de Gulliver en Liliput. Su escultura de 70 metros de diámetro les propone a sus visitantes adentrarse en esta original creación pensada como un verdadero laberinto. Además, el Jardín del Turia cuenta con rampas, toboganes, escaleras y está delimitado por los puentes del Ángel Custodio y del Reino de Valencia. Un lugar lleno de historia.
Si sois de los que está pensando un viaje al norte del continente, en Dinamarca se ubican dos maravillas que no puedes dejar de visitar. Por un lado, está el parque infantil The Globe, en la ciudad de Aarhus. Este centro de dispersión cuenta con estructuras de diversos tipos de madera siendo un oso de unos siete metros de largo quien se lleva toda la atención junto a un volcán y un águila imponente. Por otra parte, el Parque de Las Casas Torcidas de Copenhague que se centra en las construcciones arquitectónicas del siglo XVIII. Las irregularidades en las formas geométricas invitan al público a recorrerlos y a poner en marcha su imaginación quebrando las estructuras de los edificios convencionales.
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Finalmente, Rusia representa otro de los países dignos de admirar en lo que respecta a parques infantiles. Con novedosas propuestas futuristas o del pasado más lejano, el continente asiático es uno de los más elegidos por turistas de todo el mundo. El Parque Cosmos representa una teletransportación al futuro: su propuesta vanguardista lleva a los curiosos a aventurarse en un reto sobre aviones espaciales y meteoritos. No obstante, para aquellos que optan por experiencias más tradicionalistas, el Parque Samovar, en Tula, utiliza escenas de cuentos infantiles para poner la imaginación al servicio de cada curioso que quiere volver a ser un chiquillo.