La princesa Charlène de Mónaco ha regresado a Sudáfrica este fin de semana con motivo del Water Bike Challenge, un evento deportivo organizado por su propia Fundación. Este viaje marca su primera visita a su país de origen desde que enfrentó una grave infección de oído, nariz y garganta en mayo de 2021, lo que la mantuvo en su país natal durante seis meses.
Durante ese tiempo, además de someterse a varias operaciones y una larga recuperación, Charlène también tuvo que lidiar con la distancia que la separaba de su esposo y sus dos hijos, Jacques y Gabriella. Este viaje generará emociones contradictorias para la princesa, ya que también vivió algunos de los momentos más felices de su vida en Sudáfrica.
La llegada de Charlène a Sudáfrica se produce con motivo de una iniciativa llamada "Aprende a Nadar", organizada para unos cien niños de la región. Como exnadadora olímpica, la princesa se siente como en casa rodeada de jóvenes y tiene la oportunidad de presidir y participar en esta noble causa. El evento tiene como objetivo reducir al mínimo las cifras de ahogamientos en el país.
La ausencia de Alberto II de Mónaco en el viaje de Charlène
Sin embargo, la ausencia de su esposo, el príncipe Alberto de Mónaco, en este viaje ha generado especulaciones. A pesar de que los organizadores del evento anunciaron en agosto que ambos asistirían, finalmente, solo Charlène ha participado en la iniciativa. La razón de la ausencia de Alberto no se ha hecho pública hasta el momento.
El regreso de la princesa Charlène a Sudáfrica es un momento emotivo y simbólico en su vida, ya que marca el reencuentro con su país de origen después de un período difícil de salud y separación de su familia. Su compromiso con causas humanitarias y su amor por el deporte continúan siendo una parte importante de su vida, y su presencia en Sudáfrica es un testimonio de su dedicación a estas causas.