En el mundo de la numismática, existen tesoros escondidos en forma de monedas antiguas que podrían convertirse en una auténtica fortuna. Algunas de estas piezas históricas se cotizan hasta en millones de euros, y su rareza y valor las hacen especialmente codiciadas por coleccionistas y expertos.
Entre las joyas más destacadas, encontramos una moneda de 100 pesetas acuñada en 1870 durante la I República en España, hecha de oro y con la inscripción 'España' y el año '1870', que representa la soberanía nacional. Su dificultad para conseguirse la convierte en una pieza que podría alcanzar los 150.000 euros.
Pero esta no es la única moneda valiosa, ya que las 100 pesetas de Amadeo de Saboya, fechadas en 1871, también han alcanzado precios astronómicos en subastas, llegando a venderse por 164.000 euros. Otros ejemplos son la moneda de 5 pesetas de 1869 y el duro de Alfonso XIII acuñado en 1888, ambas valoradas en unos 20.000 euros.
No obstante, la moneda más cara registrada hasta ahora fue el Centén de Felipe III, vendido en 2009 por la asombrosa cifra de un millón de euros. Esta pieza única y sin circular contiene una auténtica cantidad de oro y lleva el nombre de su valor: 100 escudos. Determinar su cotización puede ser un desafío para aquellos que no son coleccionistas o expertos en numismática, aunque existen herramientas como "Coleccionistas de Monedas" y aplicaciones que proporcionan información actualizada y consejos para vender estas piezas.