Menos de 24 horas son las que separan a Tamara Falcó e Íñigo Onieva de su tan anhelado enlace que será el próximo 08 de julio en la Finca El Rincón, perteneciente a La Marquesa de Griñón. Pese a todas las dificultades que pudieron surgir en el camino, la colaboradora y el empresario darán el 'Sí, quiero' frente a sus amigos cercanos y su familia. No obstante, fue recientemente que la hija de Isabel Preysler desveló una serie de postales del día en que el empresario pidió su mano en matrimonio.
En las postales subidas a la red social de Instagram, La Marquesa de Griñón compartió con un simple emoji todas las emociones que está sintiendo a horas de convertirse en la esposa de Íñigo Onieva. En este día tan importante para la colaboradora habrá varios ausentes que no pasarán desapercibidos. En primer lugar, hablamos de su padre, Carlos Falcó, quien dejó este plano en 2020, y en segundo lugar hablamos de su abuela materna, Beatriz Arrastia, quien abandonaba a la hija de Isabel Preysler tan solo un año después, un 22 de agosto a los 98 años.
Recordemos que Carlos Falcó fue una persona muy importante tanto para Tamara Falcó como para su hermana Xandra Falcó, por lo que su ausencia en la boda de La Marquesa de Griñón será más que evidente. "Él se sentiría muy orgulloso. Estaría feliz porque adoraba a Tamara. Nos adoraba a todos y también a Tamara. Creo que estaría encantado con todos los preparativos y, sobre todo, con su felicidad, porque se la ve muy feliz", sentenció la empresaria.
El reemplazo de Carlos Falcó en la boda de Tamara
Lo cierto es que en las bodas se estila que el padre de la novia es quien la acompañe al altar y la entregue al novio, y como bien sabemos Tamara Falcó perdió a su padre hace tres años, por lo que otro hombre cumplirá ese rol tan importante para ella. Y hablamos de su hermano mayor, Manuel Falcó, quien se encargará de llevarla a los brazos de Íñigo Onieva. Cabe mencionar que de todos los hermanos varones de La Marquesa de Griñón, Manuel es uno de los más desconocidos, pues siempre ha querido mantenerse en un discreto segundo plano.