La manicuría se ha convertido en todo una novedad a nivel mundial. Las técnicas de Nail Art vinieron a revolucionar un mercado estético, dejando maravilladas a cientos de personas que eligen, mes a mes, tener sus manos radiantes. Sin embargo, no todas pueden conservar estas creaciones debido a una conducta repetitiva causada por un comportamiento compulsivo: morderse las uñas. Ante esto, expertos hallaron la solución para terminar con este patrón.
Científicos de Alemania y Canadá aseguraron que la destrucción inconsciente de la uña afecta a un cinco por ciento de la población mundial, un número significante si se tiene en cuenta que puede transformarse en un síntoma vinculado al estrés y la ansiedad. Según informó el portal Infobae, "la investigación fue publicada ayer en JAMA Dermatology por Steffen Moritz, del Departamento de Psiquiatría y Psicoterapia, del Centro Médico Universitario Hamburgo-Eppendorf, de Hamburgo, Alemania; y Danielle Penney, del Instituto Universitario Verdun de Canadá" quienes llegaron a la conclusión de que los pacientes pueden cambiar este mal hábito por otro un poco más saludable.
Os puede interesar: "Los diseños de uñas que podéis hacer en casa y quedar como una reina"
En concreto, los especialistas aseguran que frotar con suavidad las yemas de los dedos, chocar las palmas de las manos o el dorso de los brazos aportan un patrón de conducta que lleva tranquilidad a la psiquis y permite que los afectados puedan conectar con sus sentidos. No obstante, solo el 53 por ciento de las personas estudiadas presentaron mejorías, al mismo tiempo que afirmaron que se lo "recomendarían a un amigo".
Las uñas, material de estudio
Si bien este procedimiento consistió en una "prueba de concepto", lo cierto es que los expertos están seguros de que llegarán al fondo de la cuestión, haciendo de este una investigación con validación por la Organización Mundial de la Salud. Por lo tanto, esta terapia cognitivo-conductual funciona como un desacoplamiento. "Si te muerdes las uñas, se puede acercar la mano a la cara, tocarse la oreja en lugar de tocarse otra parte del rostro", dijeron desde el centro de intervención. ¿El fin? Generar una satisfacción sin generar daños en el organismo.