Charlène de Mónaco ha demostrado una vez más su conexión especial con Italia, durante su última visita a Florencia. La princesa asistió a una cena de gala en el Palazzo Vecchio, donde se conmemoró el 160 aniversario de la fundación del Consulado del Principado de Mónaco en la ciudad italiana.
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Aunque Charlène ha visitado Italia en numerosas ocasiones, su relación con el país es especialmente significativa. La pareja real se conoció en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín en 2006. La imagen de los dos acaramelados dio la vuelta al mundo y se descubrió que el príncipe Alberto II tenía una nueva novia plebeya: una nadadora profesional sudafricana. La pareja se casó en 2011.
Charlène encuentra en Italia un refugio
Charlène encuentra en Italia un refugio y reconocimiento que en ocasiones le ha faltado en Mónaco. A cambio, Italia la recompensa con honores y promueve su matrimonio con Alberto de Mónaco. Siempre que Charlène ha sufrido una crisis, Italia ha respondido. Por ejemplo, las autoridades del país le concedieron la Cavaliere di Gran Croce dell'Ordine della Stella d'Italia, la máxima distinción italiana, cuando la prensa criticó su ausencia de currículum.
Italia también ha sido el lugar elegido por Charlène para hacer compras, ya que acude a menudo a Milán, la meca de la moda italiana. Además, inauguró una escuela infantil destruida por el terremoto de 2016 en Isola del Gran Sasso, un pueblo italiano de 5.000 habitantes. El Papa de Roma es otro de sus principales valedores en Italia.