En primer lugar, para entender porqué el príncipe Alberto no confía en su exesposa, Charléne de Mónaco, es preciso remontarse a la época en la que él fue elegido como regente de La Roca. Corría el año 2005 cuando, a seis días de que pereciera su padre, este asumió la regencia. A eso es preciso sumarle que el Jefe de Estado, Rainiero había comenzado a tener problemas de salud, por lo que finalmente Alberto asume con todos los poderes (heredados de su padre) que le confiere el Estado.
Si bien lo antes mencionado no fue una tarea sencilla, por lo que tuvo que embarcarse en varias negociaciones, Alberto terminó asumiendo como regente. Esto también lo pudo lograr gracias a su formación en política, diplomacia y relaciones internacionales. Ahora bien, es sobre esto último que, se especula que su exesposa, Charléne, no tendría el mismo nivel de educación, motivo por el cual el príncipe no está dispuesto o por lo menos duda, de darle el mando en la regencia si algo a él le pasara.
Para entender mejor este último asunto es preciso retomar algunos puntos de los estatutos de la familia soberana de Mónaco. En los mismos queda claro que si el príncipe Alberto pierde la vida o queda imposibilitado para gobernar, el que heredará el trono será su hijo cuando éste cumpla la mayoría de edad. Mientras este último sea menor, quien es responsable de la regencia es el cónyuge, en este caso Charléne.
Los motivos por los cuales Alberto duda en dejarle sus poderes a Charlène
En conclusión, y respecto de la decisión de Alberto de que su exesposa, Charléne tome la regencia en caso de que él no esté o no pueda, el príncipe ha decidido que la dama sea la regente pero que gobierne asistida por un consejo de regencia, del cual ella sería la presidenta. Esta decisión, no sabemos si la ha tomado porque su esposa no tiene su misma formación, o por si desconfía de que ella no podrá sola con todo.