En lo que respecta a plataformas, es sencillo suponer que 2023 sea recordado como el año que marcó un antes y un después en el vínculo entre Netflix y los usuarios, tanto en España como en el mundo. Un periodo de tiempo en el que la empresa tomó una serie de medidas radicales y cuestionables, que no hicieron más que fortalecer a la competencia.
Las medidas de Netflix contra los usuarios
La primera de ellas llegó a principios de año. Preocupados por el crecimiento de la competencia en el mercado, según sus propias palabras, Netflix decidió realizar un ajuste en lo que respecta al uso compartido de contraseñas. Desde ese momento, si alguien utilizaba la misma clave fuera de la casa del titular del servicio, entonces se debería pagar un importante aumento de precio en la suscripción.
La pregunta que surgió, entonces, fue ¿cómo iba a hacer Netflix para detectar de qué casa se conectaba cada uno? Lo que llevó a una respuesta tan inesperada como perjudicial. Con la nueva medida, la cuenta de cada usuario estaría vinculada a su dirección IP y a su servicio de Internet, por lo que, si se detectaba que se iniciaba sesión en lugares diferentes al registrado, entonces se pasaría a cobrar el tan sonado aumento. ¿Qué pasaría con aquellos hogares que por tamaño tuviesen que tener dos servicios de conexión diferente? Se contaría como si fuesen dos cuentas. ¿Y con aquellos que viajaran? En ese caso tendrían que cerrar la sesión de su casa y avisar a la empresa que estarían fuera. Un sinsentido absoluto que pocos creían factible, pero que se terminó implementando.
En la misma línea, los directivos de Netflix iniciaron una cruzada contra las VPN, diversos programas y aplicaciones por los que la gente podía simular estar en un país diferente para acceder a un catálogo que no se encontrase en el propio. A la empresa nunca le gustaron este tipo de maniobras, por lo que en los últimos meses aumentó los controles al respecto y realizó modificaciones para evitarlas.
A esto se le suma, cuando no, los reiterados aumentos sistemáticos que se llevaron adelante. En la actualidad, el plan Premium de Netflix vale 17,99 euros por mes, a lo que debe sumarse otros cinco por cada contraseña compartida. Esto convierte a la plataforma en el servicio de streaming que más ha aumentado su valor desde el 2020 y el más caro de la actualidad, superando por ocho euros a su competidor más cercano. Quienes quieran acceder a versiones más accesibles podrán hacerlo, aunque con una calidad de imagen peor, la posibilidad de utilizar menos dispositivos (siempre dentro de la misma red) y la presencia de publicidades (otro de los implementos recientes que han generado muchas críticas)
Las consecuencias de estas maniobras para Netflix
Estas medidas llevaron a que el servicio perdiera una cantidad muy importante de suscriptores. En España, apenas se anunció el cambio del uso de contraseñas, se produjo una baja de más de 1 millón de clientes. Una cifra que, en el último registro que se puede encontrar, ha aumentado hasta posicionarse en torno a los 2.400.000 de suscripciones perdidas para Netflix.