El Salón de Columnas, parte integral del majestuoso Palacio Real de Madrid, ha sido testigo de innumerables eventos a lo largo de los años. Originalmente destinado como salón de bailes y funciones, su importancia en las ceremonias civiles de la corte ha sido insuperable, solo eclipsada por el Salón del Trono.
Su configuración arquitectónica está estrechamente ligada al arquitecto turinés Giovanni Battista Sacchetti, y comprender su historia implica remontarse a los primeros proyectos del Palacio Real de Madrid.
El Salón de Columnas ocupa la caja de la Escalera, que inicialmente serviría para acceder al cuarto de la reina según los proyectos de Sacchetti. Su bóveda, decorada durante el reinado de Carlos III, presenta estucos diseñados por Sabatini y realizados por Bernardino Rusca en 1761. El fresco pintado por Giaquinto entre 1762 y principios de 1763 representa a Apolo como deidad solar, aludiendo al Rey, acompañado por las Horas y otros elementos de la Naturaleza.
Esta sala ha sido escenario de eventos significativos a lo largo de la historia, desde banquetes y festejos cortesanos hasta rituales piadosos. Carlos IV trasladó aquí el salón de baile, convirtiéndolo en el lugar para ceremonias formales.
La sala alberga obras artísticas notables, como el fresco de Giaquinto y la estatua de El Emperador Carlos V. A lo largo de los años, ha sido testigo de lavados de pies reales, exposiciones fúnebres y eventos políticos, como la firma del Tratado de adhesión de España a la Unión Europea en 1985.
El Salón de Columnas, con su rica historia y su arquitectura impresionante, sigue siendo una parte integral de las visitas al Palacio Real de Madrid, ofreciendo a los visitantes una inmersión única en la majestuosidad y la ceremonia que han definido la vida en la corte española.