Ya ha pasado casi un mes y medio desde la partida de Fernández Tapias, aunque no deja de ser noticia. Queda claro que detrás de la vida del empresario había mucho que contar, pero también, demasiado dinero por repartir, algo que garantiza, casi sin excepción, que el paso hacia la eternidad no sea más que el comienzo de una nueva vida. Una en la que abundan los entramados y los ida y vuelta en torno al testamento. Nada que no se haya visto ya con infinidad de artistas, que no comparten profesión con el empresario, pero sí niveles de interés por su herencia.
En el caso de Fernández Tapias esto era aún más notorio. El empresario mantenía un vínculo muy complicado con sus hijos mayores, luego de que estos intentaran probar que las decisiones que estaba tomando eran consecuencia del paso del tiempo y del desgaste de su mente. Un conflicto que, dicho sea de paso, terminó en un juicio que tiró por la borda toda teoría sobre desvaríos y similares. Por eso, a nadie sorprendió que finalmente se conociera que cada uno de ellos había sido desheredado.
A pesar de todo lo que se había dicho antes, durante y después del velorio, de ese intento de conciliación por parte de Nuria González, la decisión de Fernández Tapias estaba tomada desde hace mucho tiempo. Sus descendientes, producto de sus matrimonios con Victoria Riva de Luna y Juana García Courel, fueron desheredados por el supuesto daño psicológico que le han causado a su padre, al menos según consta en la documentación.
La decisión de los hijos de Fernández Tapias
Según se pudo saber, los hijos de Fernández Tapias tienen previsto impugnar la decisión de su padre, buscando obtener el resarcimiento que les corresponde. Cabe aclarar que la ley española afirma que los vástagos siempre tienen derecho al tercio de la herencia, por lo que sus abogados podrían resolver el caso de manera sencilla. Aún así, eso no quita que el empresario haya querido dejar en claro la opinión que tenía sobre ellos. Una opinión que había sido afectada por el juicio y el intento por declararlo insano, pero que en realidad ya se encontraba en jaque, luego de que el esposo de Nuria González hubiese detectado "movimientos extraños" en sus cuentas.
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