Aunque muchos de nosotros tenemos nociones básicas sobre una dieta saludable, hay alimentos que podríamos considerar inofensivos, pero que, en realidad, pueden desencadenar procesos inflamatorios en nuestro organismo. La inflamación crónica, una respuesta natural del cuerpo a agresiones percibidas, puede convertirse en un problema si se mantiene a lo largo del tiempo, contribuyendo al desarrollo de padecimientos como la diabetes tipo 2, la obesidad, problemas cardiovasculares y patologías degenerativas como el alzhéimer.
El nutricionista Carlos Ríos destaca cuatro alimentos altamente inflamatorios que son consumidos a diario en supermercados españoles. En primer lugar, las "carnes ultraprocesadas", como el jamón cocido o la pechuga de pavo cargada de almidones, azúcares y nitritos que, en ausencia de antioxidantes, pueden convertirse en nitrosaminas altamente inflamatorias.
En segundo lugar, el pan blanco elaborado con harinas refinadas, conocido como "veneno blanco", que posee un índice glucémico y una carga glucémica muy alta, aumentando el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2. En tercer lugar, las salsas como la mayonesa preparada, ricas en aceites vegetales refinados, especialmente el aceite de soja, que activa la vía de la inflamación. Finalmente, el café soluble, sometido a altas temperaturas y generador de acrilamida y furanos, sustancias carcinógenas que también pueden causar malestar gástrico debido a su alta acidez.
Evitar estos alimentos inflamatorios puede ofrecer beneficios inmediatos para la salud, ayudando a prevenir riesgos asociados con la inflamación crónica y promoviendo un bienestar general. Es esencial prestar atención a la calidad de los alimentos que consumimos para mantener un equilibrio nutricional y contribuir a una vida más saludable.