¿Quién no soñó alguna vez en hallar un imponente tesoro, dinero o lingotes de oro en la vía pública para hacerse millonarios en un simple parpadeo? Se puede decir, entonces, que este anhelo es un común denominador de los sectores menos pudientes y de posiciones socioeconómicas no tan estables financieramente hablando. Sin embargo, esta premisa sólo favoreció a unos suertudos que tuvieron la dicha de cumplir con su fantasía, aunque esta ilusión les duró poco tiempo debido a una normativa vigente en el Código Civil.
En este sentido, el artículo 352 de la legislación vigente hace referencia al denominado "tesoro oculto". En concreto, esta normativa consiste en: "el depósito oculto e ignorado de dinero, joyas, alhajas u otros objetos preciosos cuya legítima pertenencia no sea conocida, no conste, o no se pueda conocer a los sucesores del dueño originario". Además, no todos los hallazgos se manejan de la misma manera. Depende la zona y el modo en que se haya obtenido las monedas antiguas, oro, alhajas o ánforas -entre otras-, es cómo procederá la justicia.
Te puede interesar: "El hallazgo de monedas antiguas que cambia la historia de todo un continente"
Para colocarle un poco más de luz a la cuestión, en el desglose de los ítems y de los artículos que se combinan entre sí, se destaca, por ejemplo, que, si una persona se topa con dinero o algún otro objeto de valor en propiedad privada, este tesoro corresponde al dueño del terreno. Asimismo, en el caso de que estas reliquias correspondan al ámbito de la ciencia o el arte, el estado podrá comprar la mitad al precio actual del mercado.
La ley que lo cambia todo
En este vaivén de puja de poder por tener todo el patrimonio legalmente declarado, los legisladores crearon una orden que favorece al común de los ciudadanos. Ley 16/85 de Patrimonio Histórico y el Estado puede reclamarlo puntualiza en el denominado "hurto o robo silencioso" que consiste en la declaración del dinero o piezas halladas con el fin de tener un registro de los objetos de valor. Por el contrario, si no declaras tu nuevo patrimonio, podrías tener severas consecuencias civiles incluso hasta penales. Finalmente, si bien son escasas las posibilidades de que seas acreedor de un tesoro de estas características, no te desanimes. Se estima que en España todavía hay muchas piezas ocultas.