El Palacio Real de Madrid, el más grande de Europa Occidental, no solo es un monumento histórico, sino también un testimonio vivo de siglos de la historia de España. Con más de 135,000 metros cuadrados y 3,418 habitaciones, este palacio ha sido testigo de eventos que han dado forma al destino del país. A diferencia de muchas residencias oficiales de Jefes de Estado, el Palacio Real abre sus puertas al público, atrayendo a casi 2 millones de visitantes cada año que buscan descubrir sus rincones, obras de arte y tesoros únicos.
Desde los primeros diseños del Palacio Real Nuevo, la cocina ocupó una posición destacada en la primera planta de sótanos. Este espacio, donde se desarrollaban los Oficios de la Real Casa vinculados con la alimentación, ha evolucionado a lo largo de los años. Equipado con fogones, hornos, calientaplatos y una de las primeras neveras, la cocina refleja la atención meticulosa dedicada a la alimentación real. Dividida en secciones supervisadas por el Cocinero Mayor, este espacio histórico ha sido preservado y adaptado para la visita pública como parte de un plan museológico implementado en 2014.
La Real Cocina, situada en el primer sótano del palacio, ha conservado su tamaño, antigüedad y valiosas piezas a lo largo de los años. Desde la Portería de la Cocina, los visitantes pueden explorar salas como la Sala del Ramillete, donde se preparaban dulces y bebidas, y el Taller de Repostería, destinado a la elaboración de huevos de pascua y helados. La Antecocina, espacio para el precocinado y lavado de alimentos, revela la cuidadosa organización de las tareas diarias. La Sala de Fogones, con sus cocinas económicas y avances tecnológicos adaptados a la vida cotidiana, resalta la evolución constante de este espacio.
Finalmente, el Cuartón, ahora adaptado como Cava o Botillería, era el almacén principal de accesorios de horno y más tarde se convirtió en el espacio para almacenar bebidas. La Cava, con su clavero de armarios de vino, refleja la evolución de los gustos culinarios y el maridaje de bebida y comida de las mesas reales. Así, la Real Cocina del Palacio Real de Madrid no solo ofrece una visión única de la historia gastronómica, sino que también proporciona un fascinante vistazo a la vida cotidiana de la realeza española a lo largo de los siglos.