Dentro de los países europeos, Francia es, sin lugar a dudas, uno de los que mejores piezas le ha aportado al campo de la numismática. La rica historia de la nación gala ha llevado a que existan ejemplares con un valor simbólico y económico realmente destacable, como sucede con la moneda que veremos a continuación.
La pieza de 2 francos del año 1923 es una auténtica joya de la numismática que todos los coleccionistas quisieran tener. Se trata de una pieza con un siglo de antigüedad, fabricada con aluminio y cobre, y con 27 milímetros de diámetro y 8 gramos de peso. Pero… ¿Qué es lo que hace especial a esta moneda?
Este ejemplar rinde homenaje a las Cámaras de Comercio del país galo, y fue acuñada en una época de expansión industrial, en particular, y económica, en general. Por eso, si os topáis con una de estas piezas en sus mejores condiciones de conservación, y con las certificaciones correspondientes, podría costar hasta 200 euros. ¡Un valor nada despreciable!
Como podemos ver, la moneda de 2 francos del año 1923 es una de esas joyas que, aunque son antiguas y escasas, todos los coleccionistas deberían buscar. Es una pieza con un diseño sencillo pero bonito, y sobre todo, que nos permite aprender de la historia de la Francia de hace ya 100 años.
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