El trasplante de una planta a una macetas es una tarea crucial para su crecimiento y salud. Aunque pueda parecer una actividad sencilla, es importante seguir algunas recomendaciones para garantizar un proceso sin complicaciones.
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Paso 1: Preparación del suelo antes de comenzar el trasplante, asegúrate de que la tierra esté húmeda. Se recomienda regar la planta unos días antes para que la tierra esté en condiciones ideales para trabajar.
Paso 2: Extracción cuidadosa para sacar la planta: Coloca tu mano en la parte superior de la maceta y sujeta el tallo de la planta. Voltea la maceta, da pequeños golpes en una superficie dura y extrae la planta con cuidado. Si la planta no sale fácilmente, utiliza un cuchillo para cortar alrededor de la tierra en los bordes del tiesto. En casos extremos, rompe la maceta directamente. Romper algunas raíces no es preocupante; de hecho, puede fortalecer el crecimiento de la planta.
Paso 3: Renovación del suelo: Recomendamos quitar aproximadamente un tercio de la tierra antigua con las manos, dejando espacio para añadir abono nutritivo. Este paso es esencial para el desarrollo saludable de la planta en su nuevo entorno.
Paso 4: Añadiendo tierra a la nueva maceta: Coloca unos centímetros de tierra en la nueva maceta y coloca la planta asegurándote de que el nivel sea ligeramente más bajo para evitar desbordamientos. La maceta no debe tener un diámetro mayor a 3 cm que la anterior. Mantén la tierra al menos a 3 cm por debajo del borde de la maceta. Añadir más tierra bajo las raíces si es necesario es una práctica recomendada.
Paso 5: Eliminar bolsas de aire: Para evitar bolsas de aire, compacta la nueva tierra alrededor de las raíces con los dedos, asegurándote de que no queden espacios vacíos.
Paso 6: Riego completo: Finalmente, riega la planta abundantemente hasta que el agua llegue al fondo y humedezca bien la tierra. Este paso es esencial para establecer la planta en su nueva maceta.