Charlène de Mónaco, la esposa del príncipe Alberto, ha asumido un papel más destacado como la Primera Dama del principado. Recientemente, ha presidido tres eventos consecutivos, marcando un notable regreso a la vida pública tras un periodo de salud que la mantuvo alejada durante más de un año. Este resurgimiento la ha llevado a ser el centro en el Día Nacional de Mónaco y a retomar su agenda institucional de manera significativa.
La princesa Charlène, de 45 años, ha evidenciado un cambio de actitud notable, dejando atrás la imagen de tristeza y frialdad que la caracterizaba. Totalmente recuperada, se la ve radiante y feliz, desmintiendo rumores de problemas matrimoniales con el príncipe Alberto. En una entrevista reciente, expresó sentirse en plena forma y serena.
Charlène ha destacado en sus tres apariciones públicas con estilismos elegantes y atemporales. Desde un look total azabache con un vestido de cuello chimenea y abrigo beige hasta un conjunto marrón monocromático con pantalón palazzo y jersey de ochos. También enseñó su elegancia en la inauguración de una cervecería con pantalones anchos gris marengo y una chaqueta prieto de Burberry.
El cambio de actitud y estilo de Charlène de Mónaco ha sido notorio, consolidándola como una persona querida en el Principado y una referente de elegancia y sofisticación. Su regreso a la vida pública ha sido recibido con entusiasmo, y su presencia en eventos recientes ha reafirmado su posición como una de las royals más destacadas.