El gesto en la reciente celebración del Día Internacional de los Derechos del Niño ha exacerbado el tenso vínculo entre Carolina y Charlène de Mónaco, evidenciando una situación siempre ha estado bajo la lupa. A pesar de participar juntas en este evento, el vínculo entre las cuñadas dista de ser cómodo.
La cita, organizada por el ayuntamiento en el Parque Princesa Antonieta, contó con la presencia de los mellizos Jacques y Gabriella, así como Balthazar, hijo de Carlota Casiraghi. Sin embargo, el acercamiento en público no refleja la verdadera complejidad de su vínculo. Aunque Carolina y Charlène comparten responsabilidades reales y preocupaciones por el principado, su conexión siempre ha estado rodeada en rumores de desavenencias.
A pesar de sus vidas paralelas, la diferencia generacional y las heridas del pasado podrían ser determinantes. Detalles filtrados a la prensa han sugerido disputas por roles importantes y exclusiones en eventos sociales, generando tensiones entre ambas. La muerte de Grace Kelly y la asunción de Carolina como imagen materna podrían ser factores que contribuyen al complicado vínculo.
La rivalidad entre Charlène de Mónaco y Carolina podría remontarse a la época en que Alberto II asumió el trono, desplazando a Carolina como primera dama. Rumores de disputas por el anillo de compromiso y diferencias en la educación de los hijos de Alberto han contribuido a un ambiente tenso. A pesar de estas tensiones, ambas cuñadas mantienen una fachada de unidad familiar, destacando la complejidad de las conexiones en la realeza.