La soledad que envuelve el Palacio de la Zarzuela y el distanciamiento entre la reina Sofía y sus hijos han sumido a la esposa del rey Juan Carlos en un período delicado. A este panorama se añade la reciente pérdida de su hermano Constantino de Grecia y la creciente preocupación por la salud de su hermana Irene, quien enfrenta una enfermedad degenerativa a sus 81 años.
La tensión se agudizó con el supuesto distanciamiento entre doña Sofía y su nieta Victoria Federica, quien no asistió al cumpleaños de la princesa Leonor. El público fue testigo de la fragilidad de la reina en eventos anteriores, como la entrega de un galardón en la Universidad Camilo José Cela, donde se quebró emocionalmente.
La última escena de esta trama se desplegó durante el mercadillo anual Nuevo Futuro, donde la presencia de la infanta Pilar, hermana del rey Juan Carlos, recordó el estrecho vínculo que mantenía con doña Sofía. Ágatha Ruiz de la Prada, presente en el evento solidario, develó que durante la comida de inauguración, compartida con la reina, esta volvió a emocionarse.
El compromiso de la reina Sofía en su momento más complicado
En medio de esta coyuntura, doña Sofía redobla sus compromisos en apoyar causas solidarias, especialmente el X Congreso Nacional de Alzheimer. La enfermedad degenerativa de Irene ha elevado la inquietud de la reina emérita, subrayando la importancia de eventos científicos que buscan avanzar en tratamientos médicos y psicosociales.