Aunque los balances siempre se hacen al final del camino, la manera en la que inicia nuestro andar por el mismo suele ser decisivo de cara al futuro. En otras palabras, si algo comienza mal es muy probable que termine de la misma manera, por mucho que pueda llegar a mejorar esporádicamente. Esta máxima, un tanto negativa, es la que bien podría atarse a lo que fue el matrimonio de Chenoa y Miguel Sánchez Encinas.
No caben dudas de que el fin de semana del 17 a 19 de junio del 2022 fue uno de los más felices para Chenoa y Miguel Sánchez Encinas. Sin embargo, todo lo que sucedió antes y después del "Sí, quiero", no solo se ve con otros ojos de cara a la separación, sino que hace que muchos comience a ver una especie de maldición alrededor de la boda.
La suspensión de la boda de Chenoa y Miguel Sánchez Encinas
La idea de Chenoa y Miguel Sánchez Encinas era casarse en 2020, tras anunciar su compromiso sobre finales del 2019. Sin embargo, la situación mundial que se viviría llegada la fecha señalada hizo que fuese imposible llevarla adelante, lo que los obligó a suspenderla durante más de dos años.
La polémica con los invitados
Los problemas no se quedaron solamente en la suspensión, sino que también se trasladaron hacia los invitados. Chenoa y Miguel Sánchez Encinas optaron por dejar fuera de la celebración a muchas personas que se esperaba que estuviesen en la boda, como amigas de la cantante de su paso por Operación Triunfo. La excusa que dio la pareja fue que querían hacer algo más pequeño y sencillo, aunque al momento del compromiso sus planes eran muy diferentes. Algo que, sin dudas, llama la atención.
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