Isabel Pantoja y su hijo, Kiko Rivera, mantienen un vínculo distante y conflictiva desde hace años. Sin embargo, existe un día especial al año en el que entierran el hacha de guerra: el aniversario del deceso de Paquirri, el 26 de septiembre. En esta fecha, madre e hijo se acercan al cementerio de San Fernando en Sevilla para dejar flores en la tumba del torero, enseñando un gesto de unión que trasciende sus disputas por la herencia.
La herencia de Paquirri ha sido un punto álgido en sus conexiones, incluso con Kiko desvelando que se apropió de algunas pertenencias del torero para evitar que sus hermanastros se las llevaran. Además, siempre ha existido una duda sobre la verdadera identidad del padre de Kiko, aunque él defiende firmemente que es Paquirri.
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Incluso se sometió a una prueba de ADN, con la colilla de un cigarro obtenida de un encuentro casual en un partido de fútbol, para disipar dudas y confirmar la paternidad, desvelando que, efectivamente, es hijo del torero.
Kiko Rivera asegura que siempre ha escuchado rumores sobre la posibilidad de que su padre fuera el médico de Isabel Pantoja, un hombre llamado Cariñanos, e incluso se llegó a hacer pruebas de ADN con un hijo de este médico, movido por la similitud física. Sin embargo, los resultados confirmaron que Kiko es hijo de Paquirri. A pesar de las dudas y rumores, Kiko se mantuvo firme en su creencia, respaldado por los resultados de la prueba de ADN.