A sus 21 años, Miguel Urdangarin, hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, ha experimentado una transformación que no ha pasado desapercibida. Aunque siempre ha estado en un segundo plano mediático en comparación con su hermano Pablo, de 22 años, en los últimos meses ha acaparado la atención por su cambio físico.
En un regreso a Madrid, donde se espera que se una a la celebración del 18º cumpleaños de su prima, la princesa Leonor, Miguel llegó al Aeropuerto de Barajas procedente de Barcelona, rodeado de gran expectación mediática. Al ser abordado por los medios, expresó que están "muy felices" y que se siente "muy bien".
Su atuendo incluía un jersey azul y pantalones oscuros, además de una llamativa bolsa naranja. Durante su estancia en Barcelona, se le vio acompañando a su madre y celebrando la victoria del equipo de balonmano Granollers en el Palau d’Esports. Además, tuvieron la oportunidad de almorzar en un restaurante de la ciudad. Durante estos días, las cámaras captaron un detalle que no pasó desapercibido: un anillo de oro que lleva en el dedo meñique de su mano izquierda.
Este gesto ha llamado la atención, ya que parece ser una costumbre que heredó de su abuelo paterno, el rey Juan Carlos, quien también solía llevar un sello dorado en ese mismo dedo. El cambio de Miguel Urdangarin, tanto en su apariencia física como en su visibilidad pública, ha generado un gran interés mediático en torno a la vida de la familia real española.