El deceso de la monarca británica, la Reina Isabel II, ha desatado una auténtica locura entre coleccionistas y seguidores de la realeza. La demanda de monedas con su efigie se ha elevado, ya que se espera que la remoción de su imagen de la vida pública lleve tiempo.
En circulación, existen actualmente billetes con un valor combinado de 80,000 millones de libras esterlinas con el rostro de Isabel II. Reemplazarlos por monedas y billetes con el retrato del nuevo monarca, Carlos III, podría llevar al menos dos años. Sin embargo, muchos coleccionistas planean conservar estos objetos tanto como souvenirs como formas de inversión.
En las últimas 24 horas, la demanda de monedas y productos vinculados ha sido asombrosa. Sam Seigel, un experimentado comerciante en el rubro, expresó su sorpresa ante la avalancha de pedidos. Mencionó que nunca había presenciado una demanda tan intensa. La imagen de Isabel II ha adornado las monedas australianas desde 1953, y aunque las monedas estándar con su retrato no son tan buscadas como las conmemorativas, ha habido un interés creciente en estas últimas.
Un ejemplo notable es una moneda de £2 acuñada en 2013 para conmemorar el 60º aniversario de su coronación, que se vendió por £500 hace dos semanas, pero ahora se negocia en línea por más de £1,000. Este fenómeno no está limitado a Australia, ya que se ha replicado en el Reino Unido y en otros países de la Commonwealth. La Reina Isabel II ha dejado un legado duradero en la numismática y en el corazón de sus seguidores.