La princesa Charlène de Mónaco y su esposo, el príncipe Alberto II, han tomado un paso significativo en la educación de sus hijos, centrando su atención en el deporte.
Aunque Charlène y Alberto II reconocen la importancia del deporte, no quieren que sus hijos sientan una presión excesiva para seguir una carrera deportiva competitiva. Según declaraciones de un exdeportista olímpico, la educación deportiva puede ser muy exigente y constante, lo que a veces puede afectar la infancia de los niños.
En cambio, Jacques y Gabriella, los hijos de Charlène y Alberto II, han participado en diversas actividades durante algunos años. Han aprendido a nadar, lo que ha fortalecido su confianza en el agua, y han explorado diferentes disciplinas como el hip-hop y el taekwondo.
La principal prioridad de Charlène y Alberto es brindar una sólida educación, fomentar la confianza de sus hijos y asegurarse de que tengan una infancia feliz. Con esta visión en mente, están comprometidos a ofrecer una educación equilibrada y diversa para sus hijos.