Victoria Federica, la hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, ha sido objeto de controversia en más de una ocasión; su incursión en el universo de las influencers no ha sido precisamente un camino de rosas. En su afán por destacar, la sobrina del rey Felipe ha seguido a otros influyentes famosos en busca de su apoyo, pero lo que ha cosechado es un nuevo foco de conflicto con su familia.
Según el experto en redes sociales, Marc Florensa, Victoria Federica no cuenta con una buena reputación entre los influencers, ya que se le acusa de intentar sumarse a las modas ungida por su propio apellido. A pesar de las críticas, la aristócrata no se rinde en su búsqueda de la fama en el ámbito digital, donde gana cifras asombrosas de hasta 3.000 euros por proyecto y embolsándose 27.000 euros en un solo mes.
En este contexto, Victoria Federica no se conforma con lo que ha conseguido y, en una nueva expresión de la propia libertad que se ha otorgado, a pesar de lo que su familia y la opinión pública espera de ella, recientemente protagonizó un romántico gesto con Marta Díaz, una influencer con 3.5 millones de seguidores en Instagram, a las puertas de una discoteca. Sin embargo, esta cercana actitud con otra dama no es un hecho aislado en su vida.
El anhelo prohibido de Victoria Federica
Según ha trascendido en medios de prensa, cuando Victoria Federica tenía 16 años, tuvo un tonteo con una de sus compañeras de clase. Su edad, su posición social y las expectativas conservadoras de sus padres impidieron que esta historia prosperara en su momento, cuando las vinculaciones entre personas del mismo género eran menos aceptadas que en la actualidad.