La relación entre la reina Letizia y Juan Carlos I ha sido objeto de múltiples desafíos a lo largo de los años. Y es que según rumores del Palacio, nunca se han llevado del todo bien. Esta tensión se intensificó significativamente cuando, en 2020, el rey emérito se vio forzado a trasladarse a Abu Dabi, tras verse envuelto en varios escándalos fiscales y sentimentales. Este cambio de residencia solo exacerbó el distanciamiento ya existente entre ellos.
De hecho, Pilar Eyre, declaró a Lecturas en una ocasión: "Se la acusaba de todo: de ser una frívola interesada solo en los modelitos y en las operaciones de estética, de tratar mal a su suegra, de llevarse mal con las cuñadas, de tener problemas de anorexia, de no educar bien a sus hija". Sin embargo, en una trágica situación, la reina Letizia se vio en la necesidad de disculparse ante el padre de Felipe VI y bajar la cabeza.
Fue Eyre quien recientemente evocó un momento profundo y conmovedor en la vida de la reina Letizia, cuando, en medio del dolor por el fallecimiento de su hermana Erika, se arrodilló ante el rey Juan Carlos. Embarazada y devastada, Letizia realizó una reverencia al monarca en una escena que quedará grabada en la memoria colectiva. Este suceso se vio intensificado por el instante en que un amigo de Erika acusó al rey de ser responsable de la tragedia, exclamando "vosotros habéis tenido la culpa".
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Para la periodista, este episodio, que vio a la reina Letizia arrodillarse públicamente y pedir disculpas a su suegro, representó un punto de inflexión en su vida, incluso más significativo que su propia boda. Cabe recordar que la última vez que Juan Carlos I y su nuera fueron fotografiados juntos fue el 8 de abril, durante el funeral de Fernando Gómez-Acebo.