La presión por seguir las últimas tendencias ha pasado de ser una simple curiosidad a un fenómeno generalizado que se siente en cada rincón de las redes sociales. En especial en plataformas como TikTok, el debate sobre la "ceguera del maquillaje" está más vivo que nunca. Parece que lo importante ya no es si te gusta cómo te ves, sino si tu look está alineado con lo que dicta la moda. Ya no se trata solo de usar un buen delineador, sino de demostrar que formas parte de un grupo, de una tribu digital que se identifica bajo ciertas reglas estéticas.
Esta tendencia no es nada nuevo; lo sorprendente es cómo, en pleno 2024, las redes sociales han amplificado esta urgencia de pertenecer. Los psicólogos explican que seguimos modas porque, como seres humanos, necesitamos sentirnos conectados. No es una cuestión de debilidad, es una cuestión de evolución: nuestros cerebros están programados para buscar señales que indiquen que pertenecemos a un grupo. Lo curioso es que, en muchos casos, este deseo de encajar nos lleva a adoptar estéticas que tal vez no nos favorecen, pero que nos aseguran un lugar dentro de esa comunidad virtual.
El verdadero problema de este fenómeno no es tanto la moda en sí, sino la velocidad con la que las tendencias aparecen y desaparecen. Lo que hoy es viral, mañana ya no lo es, y eso genera una constante presión por actualizar tu imagen para no quedar fuera. Mientras antes las tendencias podían tardar años en consolidarse, hoy todo se mueve a una velocidad vertiginosa, gracias a la inmediatez de las redes.
Este debate no solo afecta a adolescentes, sino también a adultos que, en su búsqueda por destacar o encajar, terminan siguiendo modas sin realmente preguntarse si esas elecciones reflejan su verdadero estilo. Así que, antes de aplicar ese nuevo tono de colorete que está por todas partes en TikTok, tal vez es hora de hacer una pausa y preguntarse: ¿realmente es tu estilo o solo estás siguiendo la corriente?