El promedio de esperanza de vida de la humanidad ha mejorado sensiblemente en los últimos centenares de años. Durante buena parte del siglo XIX, la esperanza de vida al nacer oscilaba entre los 28 y 32 años, aumentando hasta la franja de 50 a 65 en los países desarrollados a inicios del siglo XX, y llegando, en la actualidad, a una media mundial de entre 70 y 73 años. El desarrollo económico y los avances en la ciencia y la tecnología son, sin lugar a dudas, algunas de las claves de este proceso. Sin embargo, aún existen miles de preguntas sobre este asunto de cara al futuro.
En ese sentido, una pregunta que, de seguro, todos nos hemos hecho alguna vez, es… ¿la esperanza de vida llegará, algún día, a superar los 100 años? La ciencia tiene una infinidad de aportes al respecto. Lo primero que debemos decir es que, en pocas palabras, no hay un consenso sobre esta cuestión: los especialistas coinciden en que aún hay un margen de crecimiento para este dato, pero, al mismo tiempo, no existen proyecciones validadas científicamente que lleguen a pronosticar una media de esperanza de vida de 3 dígitos de edad.
Durante los siglos XIX y XX, el promedio de esperanza de vida creció exponencialmente por el pronunciado descenso de la mortalidad infantil, pero, ahora, ese problema ya está prácticamente resuelto, por lo que el mejoramiento de esta variable, de aquí en más, parece depender de la posibilidad de extender la vida de los adultos mayores. Pero, ¿cuán factible es eso, y con qué límite? Con respecto a esa pregunta, la ciencia también tiene sus discusiones. Los avances médicos, tecnológicos y más pueden ir corriendo esa vara, pero parece improbable que los seres humanos lleguen a superar frecuentemente los 120 años, puesto que, según indican diversos estudios, a esa edad, ya es prácticamente imposible recuperarse de cualquier enfermedad, al mismo tiempo que no hay proyecciones sobre la completa erradicación de las afecciones.
Como se puede ver, la cuestión del futuro de la esperanza de vida genera diversos debates en la ciencia, y no hay un consenso cerrado acerca de lo que puede suceder en la humanidad durante las próximas décadas. Es un asunto que, claro, ocupa a la comunidad científica, pero que, más allá de las investigaciones, está mediado por factores de lo más diversos. En definitiva, se trata de una discusión tan interesante como curiosa.
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