Decir que mezclar amor y amistad es complicado suena a cliché, pero la realidad lo confirma cada vez más. Dos amigos pueden caer en la tentación de cruzar esa línea borrosa, y aunque todo comienza con risas, caricias y una complicidad casi inevitable, el desafío real viene después: ¿cómo no arruinar esa amistad? Aquí te presentamos una guía de supervivencia.
Cuando una amistad cruza esa línea difusa entre el cariño y lo físico, el riesgo de que todo se desmorone es alto. Sin embargo, esto no significa que sea imposible mantener el vínculo, siempre y cuando ambas personas sean honestas desde el principio. Aquí entra en juego un concepto fundamental: la sinceridad emocional. Porque, si no se es claro con las expectativas y límites, la amistad puede quedar atrapada en el limbo de las emociones no resueltas.
En este tipo de relaciones, la presión es menor que en una relación de pareja formal, pero eso no significa que no existan riesgos emocionales. Según menciona la sexóloga Suzannah Weiss, ser completamente sinceros con lo que realmente queremos es clave para evitar futuros daños. Si uno de los dos amigos alberga la esperanza de que ese "rollo" sea el inicio de algo más serio, y el otro no, es muy probable que el vínculo termine por romperse.
La comunicación abierta es vital para que ambos mantengan sus expectativas alineadas y puedan disfrutar de la relación sin perder lo más importante: la amistad. Establecer límites claros desde el principio, saber qué puede y qué no puede pasar entre ambos, puede ayudar a evitar malentendidos y dramas innecesarios.
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El amor y la atracción pueden ser complicados, pero cuando la base es una amistad sólida, hay un campo fértil para que la relación florezca sin dejar heridas permanentes. Pero recuerda, ser honestxs contigo mismx y con la otra persona es el primer paso para que todo esto funcione.