La reina Sofía, en su rol como presidenta de la Fundación Reina Sofía, asumirá el honor de ser madrina del prestigioso congreso científico sobre el Alzheimer, una causa de gran interés y preocupación personal para ella. Este importante evento se celebrará mañana en Lisboa, marcando su regreso a la escena pública tras un verano repleto de actividades, que incluyó visitas a Palma, Grecia y París en apoyo a los atletas olímpicos españoles.
No es un secreto que la preocupación de la reina Sofía por la salud de su hermana, la princesa Irene de Grecia, quien sufre de Alzheimer, es evidente. De hecho, a sus 85 años y con la rápida degeneración de la condición de su hermana, doña Sofía ha decidido repartir en vida una gran parte de sus valiosas joyas antes de su fallecimiento. Esta decisión, sin embargo, ha suscitado especial interés por una circunstancia en particular.
Y es que a pesar de los problemas familiares, la reina Sofía ha decidido ser equitativa con sus tres hijos, Felipe, Cristina y Elena, en el reparto de sus joyas. El destino de estas reliquias quedará en manos de ellos, quienes serán responsables de distribuirlas entre sus propios hijos. Así, ni la princesa Leonor, la infanta Sofía, ni los demás nietos recibirán las joyas directamente, ya que primero deberán pasar por sus padres antes de cualquier reparto.
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En este contexto, el experto David Rato señaló en esdiario que la reina Sofía posee una de las colecciones de joyas reales más destacadas de su generación, que incluye predominantes piezas de las décadas de 1960 y 1970, además de joyas familiares más antiguas. “Las piezas históricas y de mayor peso institucional y ceremonial quedarán para el Rey, al igual que hizo su madre", afirmó. Cabe destacar que se desconoce cómo se asignarán los bienes restantes, pero lo cierto es que tanto Felipe VI como sus hermanas tendrán acceso a una parte significativa del legado joyero.