Almacenar monedas antiguas adecuadamente es fundamental para mantener su valor y atractivo, sobre todo si estás considerando venderlas en una subasta. Lo primero que debes saber es que tienes que evitar el almacenamiento en frascos, latas o espacios cerrados sin ventilación adecuada. Estos métodos exponen las monedas a factores ambientales que pueden dañarlas, como la humedad y el calor.
Los expertos aseguran que antes de optar por algunos de los métodos mencionados más arriba, lo mejor es almacenar tus monedas en cápsulas especiales o cartones individuales que protejan las piezas. De esta forma, además, podrás incluir información detallada sobre cada moneda, como su año de acuñación y origen, datos que más adelante seguro te servirán.
La humedad es uno de los principales enemigos de las monedas antiguas, ya que puede generar corrosión en metales como la plata y el cobre, los más comunes en estas piezas. Para evitar este problema, es crucial almacenar las monedas en lugares frescos, secos y alejados de la luz directa. El uso de desecantes, como gel de sílice, puede ayudar a mantener bajos los niveles de humedad.
En cuanto a la limpieza de las monedas, los expertos aconsejan hacerlo solo en casos extremos y con mucha precaución. El uso de productos químicos agresivos puede dañar la superficie de estas piezas y reducir su valor. Finalmente, al manipular monedas antiguas, es importante hacerlo siempre con las manos limpias o utilizando guantes de algodón para evitar que los aceites naturales de la piel dañen las piezas.
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