Antes de convertirse en reina, Letizia Ortiz ya mostraba una notable visión sobre lo que deseaba para su vida. A los 23 años, antes de mudarse a Guadalajara, México, para cursar un posgrado en comunicación social, la futura monarca ofreció una entrevista en la que compartió su perspectiva ante un "cambio grande" que estaba por llegar.
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Letizia explicó que se había trazado un "plan de vida" para los próximos diez años, el cual no solo incluía metas académicas, sino también un profundo anhelo por conocerse a sí misma y vivir nuevas experiencias. “Me apetece viajar y hacer otras cosas. No es solo una experiencia académica, es una experiencia vital”, aseguraba, destacando que su objetivo era "conocerse a uno mismo" y no "una huida" de su vida en Madrid.
Con una mezcla de humor y reflexión, Letizia bromeaba sobre la posibilidad de conquistar más que tierras extranjeras. “Voy a conocer gente, a llenarme (…) No voy con ningún sentimiento conquistador, conquistador de hombres a lo mejor”, decía con picardía. Esta frase, vista hoy, resuena con una ironía interesante, dado que, poco tiempo después, conquistaría al príncipe Felipe y cambiaría el curso de su vida de una manera que nunca habría imaginado.
Letizia también se permitió hacer un pronóstico que, con la perspectiva del tiempo, resulta asombrosamente certero. En caso de no embarcarse en la aventura de viajar a México, la periodista vislumbraba un futuro más académico y rutinario en Madrid. “Aquí el camino que tendría es matricularme en un doctorado, seguir en la Universidad y buscar aquí un trabajo y meter muchas horas. No me apetece estar hasta los 65 años en un periódico”, confesaba.
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Esa visión, sumada a su ambición por vivir nuevas experiencias, fue lo que llevó a Letizia a tomar decisiones que, finalmente, la alejaron de la carrera periodística. Hoy, en su rol como reina de España, es evidente que el deseo de explorar y descubrir nuevos horizontes la acompañó hasta el palacio real, dejando atrás una vida que, según sus propias palabras, no se veía cumpliendo.