En los últimos años, el coche eléctrico ha dejado de ser una novedad para convertirse en una opción real y viable para la movilidad cotidiana. Lo cierto es que la evolución tecnológica y la creciente infraestructura de carga son dos de las cuestiones fundamentales que han permitido que estos vehículos no solo sean una alternativa, sino que cada vez más personas se inclinen por ellos.
En 2024, España cuenta con más de 465.000 coches eléctricos en circulación, un salto significativo respecto a los 81.000 registrados en 2019. Este crecimiento se ha visto impulsado por la mejora en la autonomía de los vehículos, que ahora puede superar los 500 kilómetros, y la expansión de puntos de carga, que facilitan su uso diario.
Una de las principales ventajas de los coches eléctricos es su impacto positivo en el medio ambiente. Estos vehículos no emiten gases contaminantes durante su funcionamiento, lo que contribuye a la reducción de la contaminación del aire en las ciudades. De acuerdo con estudios recientes, el cambio a vehículos eléctricos podría reducir significativamente las emisiones de CO2, favoreciendo así la descarbonización y mejorando la calidad del aire.
El ahorro económico es otro factor atractivo para los propietarios de coches eléctricos. Aunque el precio inicial puede ser más alto, el coste de operación y mantenimiento suele ser considerablemente menor en comparación con los vehículos de combustión. Además, muchos países ofrecen incentivos fiscales y ayudas para fomentar la compra de estos vehículos, lo que puede aliviar el desembolso inicial.
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