En los tiempos que corren, con la sobreabundancia de estímulos que nos traen la tecnología en general y las redes sociales en particular, mantener la concentración y la productividad se torna cada vez más difícil. Sin embargo, aunque muchos no lo conozcan, existe un método que puede ser la solución a vuestros problemas y se conoce como la técnica pomodoro. ¡Sí, como la salsa de tomate italiana!
Creado en el año 1980 por el ingeniero italiano Francesco Cirillo, este método busca mejorar la administración del tiempo de cara a cumplir con nuestras tareas y obligaciones. Con un sistema de incentivos y castigos, la técnica pomodoro se propone que mejoremos nuestra productividad al sostener plena atención en una actividad por un lapso relativamente breve de tiempo, para, posteriormente, tener un rato de descanso. ¿Cómo se aplica?
Luego de listar las actividades que debemos realizar durante la jornada, utilizaremos un cronómetro para intercalar períodos de entre 20 y 25 minutos de trabajo pleno con descansos de 4 o 5 minutos. Con la técnica pomodoro, los lapsos de productividad no se pueden interrumpir: si eso sucede, debemos comenzar de cero, aunque ya hubiéramos avanzado 10 minutos. Esa amenaza de castigo, junto al anhelo de alcanzar nuestros lapsos de descanso, nos mantendrán concentrados. Luego de repetir en 4 oportunidades el proceso, nos daremos un descanso más extenso, de unos 20 o 25 minutos.
La idea de la técnica pomodoro es que, luego de varias horas intercalando períodos de trabajo y esfuerzo con recesos para distraernos y descansar, lleguemos al final del día con nuestra lista de actividades completada al cien por cien, habiendo aprovechado de una mejor manera nuestras horas. Sin lugar a dudas, se trata de una metodología más que recomendable. Y vosotros… ¿Habíais oído hablar de la misma?
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