La idea de las prisiones ha evolucionado significativamente con el tiempo, pero la propuesta de Cognify lleva este concepto a un nivel completamente nuevo. Cognify es una visión futurista de una "prisión" donde la inteligencia artificial (IA) cumple un papel crucial en la rehabilitación de los criminales, implantando recuerdos artificiales desde la perspectiva de sus víctimas. Este enfoque, aunque controvertido, promete cambiar radicalmente la manera en que entendemos el encarcelamiento y la rehabilitación.
¿Qué es y cómo funciona Cognify?
Cognify se presenta como una alternativa a las penitenciarías tradicionales. En lugar de extensas sentencias tras las rejas, los reclusos son enviados a cápsulas estilo "Matrix" en instalaciones científicas brillantes. Allí, se les colocan unos auriculares, llamados dispositivos Cognify, que les suministran un flujo de contenido generado por IA. Este contenido incluye recuerdos artificiales implantados directamente en el cerebro del recluso, que lo ponen en el lugar de la víctima
El proceso comienza con un escáner cerebral de alta resolución que crea un mapa detallado del cerebro del recluso. Este mapa ayuda a Cognify a determinar dónde "inyectar" los recuerdos artificiales y cómo adaptarlos a la estructura específica del cerebro. Los estados emocionales como el remordimiento y el arrepentimiento son desencadenados mediante la modificación de neurotransmisores y hormonas en tiempo real.
Una vez completado el tratamiento, que podría durar solo unos minutos, el prisionero siente que ha pasado años en un lugar indeseable, adaptado específicamente a su personalidad y estado psicológico. Sin embargo, en la realidad, no habrán envejecido ni un día, y estarán listos para reincorporarse a la sociedad.
Aunque parezca ciencia ficción, Cognify se basa en investigaciones reales. Los científicos ya han implantado recuerdos falsos en ratones y han aprendido a cambiar recuerdos aterradores por recuerdos felices. En 2018, investigadores lograron transferir una memoria de un caracol marino a otro y codificar un fragmento de película en el ADN de la bacteria intestinal E. coli. Estos avances, junto con desarrollos en IA como el modelo de texto a video Sora de OpenAI, forman la base técnica de Cognify.
Hashem Al-Ghaili, el cineasta y comunicador científico detrás de Cognify, se inspiró en las limitaciones del actual sistema de justicia penal, como el encarcelamiento injusto, el hacinamiento y la rehabilitación ineficaz. Cognify pretende abordar estos problemas ofreciendo un camino más eficaz hacia la reforma y la reintegración social. "Presentamos Cognify, la prisión del futuro. Esta instalación está diseñada para tratar a los criminales como pacientes.", escribió en su página oficial de Instagram el pasado mes de junio junto a un vídeo donde se puede ver una demostración simulada de su funcionamiento.
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Críticas y preocupaciones
A pesar de sus promesas, Cognify ha generado críticas. La idea de manipular recuerdos y emociones de manera intrusiva, junto con el hecho de que los prisioneros estarían entregando datos de su cerebro para la investigación científica, plantea preocupaciones éticas y de privacidad. La posibilidad de una tecnocracia donde los pensamientos y comportamientos están controlados por la IA es un temor real para muchos.