Bañarse es una rutina esencial para millones de personas en todo el mundo, no solo por motivos de higiene, sino también por su impacto en el bienestar físico y emocional. Este acto diario puede tener efectos significativos en cómo nos sentimos a lo largo del día. Si bien elegir el momento ideal para hacerlo, ya sea al inicio del día o antes de dormir, puede variar según el estilo de vida, la ciencia tiene una respuesta sobre cuándo es más adecuado.
En este sentido, conocer las recomendaciones de los especialistas puede optimizar nuestra rutina de baño, mejorando la salud y el bienestar. Bañarse por la mañana, la tarde o la noche tiene efectos diferentes en el cuerpo y la mente. Según el doctor Alok Vij, dermatólogo y director del programa de Residencia en Dermatología de la Clínica Cleveland, no hay una respuesta universal sobre el mejor momento para bañarse, pero sí hay una opción correcta para cada individuo, de acuerdo a la ciencia, basada en sus preferencias personales.
Para la ciencia, bañarse por la mañana ofrece varios beneficios: aumenta la alerta al despertar el cuerpo y la mente, mejora la circulación sanguínea y energiza para el día. También prepara la piel para el cuidado diario, eliminando el maquillaje y facilitando la aplicación de productos como el tónico y protector solar, afirma Alok Vij. Además, iniciar el día con una ducha puede establecer una rutina matutina, promoviendo una estructura organizada y mejorando la productividad diaria.
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Mientras tanto, bañarse por la tarde ofrece beneficios como la relajación muscular y la reducción de la tensión acumulada, mejorando el bienestar físico y mental. También puede ayudar a reducir el estrés y preparar el cuerpo para la noche, incrementando la energía y el enfoque. Ahora, si lo haces en la noche, favorece una mejor calidad de sueño al relajar el cuerpo y reducir la temperatura, además de aliviar el estrés acumulado. Según la ciencia, establecer una rutina nocturna de baño ayuda a regular el reloj biológico.