El desperdicio alimentario es un problema creciente en los hogares modernos, especialmente debido a la falta de planificación y las nuevas estructuras familiares. Cada vez más personas se enfrentan a despensas llenas de alimentos que terminan caducando o preparando más comida de la que pueden consumir. Pero hay maneras sencillas y creativas de tratar de evitar tirar comida.
El primer paso para evitar tirar comida es darle una segunda vida a los alimentos. Las sobras de carne o pollo, por ejemplo, pueden transformarse en empanadas, albóndigas, quiches o incluso croquetas, un clásico de nuestras abuelas. Lo mismo aplica para el pescado, que puede convertirse en hamburguesas, buñuelos o pimientos rellenos, ideales para los niños.
Las verduras también tienen múltiples usos antes de que se echen a perder. Desde purés y sopas hasta quiches y lasañas, hay una infinidad de opciones para evitar tirar la comida. En verano, el tomate puede ser la base de gazpachos, salmorejos o sofritos. Incluso las salsas sobrantes pueden ser reutilizadas en arroces o pastas, creando platos como ensaladas de arroz o pistos de verduras, típicos de distintas regiones de España.
Finalmente, es importante recordar que el desperdicio no solo ocurre en casa, sino también al comer fuera. Hoy en día, cada vez más personas están dejando atrás la vergüenza de pedir las sobras en los restaurantes, una práctica que no solo contribuye a la sostenibilidad, sino que también ayuda a reducir el gasto y el desperdicio alimentario. Así se evitar tirar la comida que de otra forma termina en el basurero.