En noviembre de 2013, la ciudad de Amposta, en Tarragona, se vio envuelta en un peculiar caso de falsificación que llamó la atención de la comunidad numismática y de los comerciantes locales. La Policía Local de Amposta alertó sobre la circulación de monedas de 2 euros falsas, un hecho que se descubrió cuando un comerciante notó algo extraño en una de las monedas recibidas.
Lo que hacía única a esta moneda falsa era que no se trataba de una simple imitación de un diseño ya existente, sino de una creación completamente inventada. La moneda mostraba en su anverso un castillo con la leyenda "Castillos de Europa", una imagen que parecía inspirarse en las monedas conmemorativas alemanas de los Estados Federados, pero con detalles que recordaban a las primeras monedas de 2 euros españolas.
A pesar de su apariencia engañosa, la moneda tenía un peso de 8 gramos, ligeramente inferior al de las monedas auténticas de 2 euros, lo que descartaba su uso en máquinas expendedoras. Sin embargo, los falsificadores confiaban en que la mayoría de las personas no notarían la diferencia y que la moneda podría pasar desapercibida como una pieza conmemorativa legítima.
Con el tiempo, la historia de la moneda falsa de "Castillos de Europa" generó interés entre los coleccionistas, quienes valoran la rareza y la historia detrás de estas piezas. Aunque su valor en el mercado numismático podría estar entre 20 y 50 euros, su verdadero atractivo reside en su singularidad y en el misterio que rodea su creación.