¿Has notado, quizá, tu perro está durmiendo más de lo habitual, y eso te genera algún tipo de inquietud? ¡No te preocupes! Nuestros amigos caninos pueden necesitar más horas de sueño que las que suelen tener por motivos de lo más diversos, y no necesariamente sea por algo que deba preocuparnos. A continuación, veremos 5 posibles motivos por los que tu chucho está más dormilón que nunca.
Por la temperatura
Las temperaturas extremas resultan tan indeseables para los perros como las personas. Tal como nos sucede a los humanos, cuando hace mucho frío, nuestro chucho tendrá menos ganas de salir de su cama, y, a la vez, cuando sienta demasiado calor, es posible que lo notemos cansado, con su lengua afuera, o lo veamos tirado en el suelo buscando sentir una superficie fresca para aliviarse.
Por su edad
La edad de tu perro es un elemento fundamental para comprender su rutina de sueño. Tal como sucede con los niños recién nacidos, los cachorros necesitan dormir mucho más que un adulto para recargar sus energías. En promedio, los perros pequeños pueden dormir hasta 4 o 5 horas más que uno grande. Asimismo, los chuchos ancianos también tienden a ser menos activos y a pasar más tiempo en sus camas.
Por un problema de salud
Si tu mascota está durmiendo cada vez más, y notas que esa costumbre persiste en el tiempo, debes prestar especial atención a su comportamiento general. Si un perro adulto duerme más de 17 horas diarias, puede que haya algún asunto que atender, pues podría sentirse triste, deprimido, o tener algún otro problema de salud. ¡Ante la duda, consulta con tu veterinario!
Por cansancio
Aunque parezca una obviedad, cuando se sienta cansado, tu amigo perruno querrá dormir una siesta y que no le molesten. Si ha pasado por una situación de estrés, ha estado jugando contigo por muchas horas, o ha tenido un extenso paseo en el parque, es razonable que tu mascota duerma más de lo habitual.
Por raza
Aunque muchos no lo sepan, no todas las razas de perro tienen las mismas tendencias en el sueño. El basset hound, el gran pirineo, el bulldog o el galgo son algunos de los ejemplos más dormilones.
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