Durante el embarazo, se pasa por una serie de transformaciones significativas, principalmente debido a cambios hormonales, endocrinos e inmunológicos. Esto genera algunas transformaciones en la piel, el cabello y las uñas, variando en duración y permanencia. Mientras que algunos efectos son temporales y se resuelven gradualmente tras el parto, otros persisten por un periodo más prolongado, e incluso algunos pueden volverse permanentes.
No obstante, esta situación ha dado origen a numerosos mitos sobre la piel y el cabello en el embarazo y en este artículo nos proponemos desmentir algunos de los más comunes y significativos. Por ejemplo, es falso que ignorar antojos cause manchas en la piel del bebé. Y es que las manchas, conocidas como angiomas o hemangiomas, son malformaciones o tumores vasculares sin vinculación alguna y afecta a más del 2 % de los recién nacidos y hasta el 12 % de los menores de un año.
Asimismo, no es cierto que no se pueda teñir el pelo en el embarazo, pero hay precauciones a considerar. La mayoría de los tintes contienen químicos como amoniaco y agua oxigenada que se absorben mínimamente a través del cuero cabelludo y no representan un riesgo significativo para el pequeño. Sin embargo, se recomienda posponer la coloración hasta el tercer trimestre. En esa línea, también es mentira que cortarse el pelo al inicio del embarazo haga que crezca más fuerte.
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Por otro lado, es falso que depilarse la línea alba durante el embarazo haga que crezca más densa. La línea alba es una banda fibrosa que se oscurece debido al aumento de hormonas durante el segundo trimestre, lo que puede causar mayor pigmentación y, en algunos casos, un aumento del vello en esta zona estrecha llamada línea nigra. Este cambio es hormonal y no está vinculado con la depilación. De esta forma, si bien hay que tener algunas precauciones, busca atravesar esta etapa de la mejor manera.