Aunque la piel de plátano suele desecharse, tiene un sabor único y aporta beneficios nutricionales importantes. Normalmente, esta cáscara termina en la basura, pero posee casi las mismas propiedades que el interior del plátano, ya que contiene aproximadamente el 40% de los minerales presentes en la fruta.
La cáscara del plátano, ya sea amarilla o verde, está repleta de nutrientes como hierro, vitamina A, vitamina B, antioxidantes y potasio. Además, tiene una significativa cantidad de fibra soluble e insoluble, que ayuda a una digestión lenta, proporciona sensación de saciedad y reduce el colesterol.
En el ámbito gastronómico, puedes utilizar el agua de plátano, obtenida hirviendo la cáscara y dejándola reposar para luego usarla en infusiones, smoothies o bebidas refrescantes, nutritivas e hidratantes o incluso en un budín de banana. Este recurso es una excelente forma de aprovechar al máximo el plátano y beneficiarte de sus propiedades saludables anteriormente mencionadas.
La piel del plátano también se puede utilizar como sustituto de la carne en la cocina vegana, ofreciendo una textura similar al cerdo desmechado. Incorporar esta cáscara en tus recetas no solo te permitirá explorar nuevos sabores, sino que también contribuirá a una dieta más sostenible y nutritiva.
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