El uso de uñas de gel se ha popularizado en los últimos años y se ha convertido en una moda que todas quieren explorar. Sin embargo, esta tendencia tiene consecuencias negativas para la salud. Aunque muchas personas no experimentan problemas inmediatos, hay riesgos potenciales que deben considerarse antes de optar por este tipo de manicura.
Uno de los peligros más comunes asociados con las uñas de gel está vinculado al uso de la luz ultravioleta (UV) para curar el esmalte. Utilizarla de manera prolongada y repetida aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades en la piel y causar envejecimiento prematuro. Además, algunas personas suelen experimentar reacciones alérgicas a los productos químicos en los esmaltes de gel, lo que puede resultar en dermatitis de contacto.
Otro riesgo significativo es el daño a la uña natural. El proceso de aplicación y remoción de las uñas de gel suele debilitar y adelgazar la uña natural, haciéndola más susceptible a cortes e infecciones. La remoción del gel, en particular, representa un problema si no se hace correctamente, ya que implica sumergir las uñas en acetona, lo que puede secar y dañar tanto la uña como la piel circundante.
Además, las uñas de gel ocultan problemas de salud subyacentes. Las uñas saludables ofrecen pistas importantes sobre la salud general, como deficiencias nutricionales o problemas de circulación. Al cubrir las uñas con gel, estas señales pasan desapercibidas, retrasando el diagnóstico y tratamiento de problemas potenciales. Es crucial ser consciente de estos riesgos y considerar alternativas más seguras para el cuidado y embellecimiento de las uñas.
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