Cada día, nuestros hábitos de cuidado capilar pueden estar causando más daño del que imaginamos. Y es que, en ocasiones, cometemos errores simples que pueden debilitar y dañar nuestro cabello de manera significativa. ¿Sabes cuáles son?
Uno de los errores más frecuentes es desenredar el cabello mientras aún está mojado, pues es cuando está mucho más frágil y propenso a romperse que estando seco. Se recomienda utilizar un peine de dientes anchos, empezando desde las puntas y avanzando gradualmente hacia las raíces.
Otro error común es el uso excesivo de herramientas térmicas como planchas y secadores sin protección adecuada. El calor extremo puede debilitar la estructura del cabello y causar daños irreparables si no se utiliza con moderación y con productos protectores como serums o sprays termoprotectores.
Además, lavar el cabello con agua caliente de manera constante puede despojarlo de sus aceites naturales y causar resequedad y fragilidad. Expertos sugieren optar por agua tibia o fría para lavar tu pelo, ya que esto ayuda a mantener la hidratación natural y cerrar las cutículas del cabello.