Inmensas fueron las repercusiones cuando el príncipe Harry, segundo hijo de Lady Diana y el rey Carlos III, decidió de manera unilateral renunciar junto a su esposa a todas las responsabilidades (y beneficios) de la corona británica. De un día para el otro, la pareja se mudó a Estados Unidos y creó un muro casi inquebrantable entre los royals y ellos. Hasta ahora.
El príncipe Harry siempre fue uno de los más populares rostros de la monarquía de Gran Bretaña, dejando toda su fama y detrás debido al flechazo de cupido. Y es que la situación de Meghan Markle, quien fue discriminada en repetidas ocasiones dentro de los muros del Palacio, ya era insostenible: cuando le confesó a su esposo que ya no tenía ganas de vivir, la decisión de escapar de la realeza no tardó mucho en hacerse realidad.
Pero esta decisión del príncipe Harry parece haber llegado a un momento de tregua: ahora, el duque de Sussex quiere reencontrarse con su familia, incluyendo a su padre y a su hermano Guillermo. ¿La ocasión? El festejo de su 40° cumpleaños, el que quiere celebrar en Inglaterra junto a todos los integrantes de la monarquía.
Esta decisión del príncipe Harry fue comunicada por algunos expertos británicos de la realeza, que también aseguran que esta noticia del regreso del polémico Windsor al palacio de Buckingham no fue bien recibida. Esto se debe al contexto crítico que se vive entre los soberanos como consecuencia de las enfermedades de Carlos III y Kate Middleton, que no hacen el mejor contexto para festejar.